Mi primer paso fue buscar laboratorios externos que formularan y fabricaran el producto para mí. Ese fue un gran reto, ya que cada laboratorio con el que avanzaba, intentaba explicarme por qué el producto no podía ser completamente natural. Con la poca información que tenía, no tenía más opción que aceptar sus ingredientes o moverme a la siguiente opción. Yo elegí moverme al siguiente una y otra vez.

Este fue un momento decisivo para mi proyecto. Al comprender que la formulación no era algo que podía delegar en alguien que no comprendiera mi esencia como compañía, decidí que debía aprender a formular mis propios productos.

En 2019 inicié mis estudios de «Formulación Cosmética Natural» en la prestigiosa escuela «Fórmula Botánica» en Reino Unido.

Un pequeño laboratorio en casa ha sido testigo de mis experimentos y aprendizajes, pero sobre todo, de la gran pasión que estoy colocando en cada uno de los productos que estoy creando. Esta experiencia definió nuestro segundo principio de mi marca: